Las salsas italianas son conocidas por la utilización de aceite de oliva, sabores fuertes y cuerpo consistente. Algunas de las más conocidas son la boloñesa, el pesto y la napolitana. Son perfectas para pizzas, pastas, pastichos, entre otras sabrosas preparaciones.
Aquí te dejamos los usos de estas deliciosas salsas con ese toque italiano que tanto te gusta.
1) Salsa napolitana: Es una denominación dada a la salsa derivada del tomate a la cual se le han añadido verduras tales como cebolla, zanahorias, ajo, pimentón y ha sido condimentada, principalmente con orégano.
Se suele servir con cualquier tipo de pasta, principalmente las blancas, espolvoreando por encima queso parmesano o pecorino. También es perfecta para las pizzas.
2) Salsa pesto: Es la más conocida de la cocina italiana. Existen muchas variantes de la misma, sin embargo la más conocida es la salsa pesto genovesa. Se elabora con albahaca, ajo, piñones, queso y aceite de oliva.
Otra variación es el pesto rojo siciliano, elaborado con tomates secos, pimientos, queso pecorino y aceite. El pesto de Trapani, también de Sicilia, en este caso lleva tomates, almendras, albahaca y ajo.
Es una receta que tiene la ventaja de que se puede congelar, por lo que merece la pena hacer gran cantidad cuando la preparamos, ya que bien sea sobre pasta, ensalada o sobre cualquier carne, el pesto tiene un sabor peculiar que embelesa los paladares.
3) Salsa boloñesa o bolognesa: Comúnmente usada para acompañar pastas o a la típica polenta. Cuando se sirve en un plato aparece la denominación “alla bolognese” (a la boloñesa). Es espesa, de color rojo, muy empleada en las comarcas cercanas a Bolonia.
Sus ingredientes principales son carne picada o molida, zanahorias, apio, cebollas y tomates, a veces todo ello en forma de salsa de tomate. Según las diferentes recetas es posible encontrar además, pimiento, ajo, vino blanco o tinto, hierbas y especias varias.